Muchos de nosotros, tenemos algunos problemas por los cuales no queremos invocar daimoku, porque tememos enfrentarlos directamente o preferimos no pensar en ellos. Otros pueden tener sueños encerrados en sus corazones que temen admitirselo a si mismos, y por los cuales no se atreverían a invocar daimoku, porque sienten que no merecen ser felices, o porque temen sentirse frustrados de no tener éxito en el esfuerzo por alcanzar su meta. Nichiren Daishonin nos enseña que el poder del Gohonzon no tiene límites. Somos nosotros quienes le imponemos límites con nuestras dudas y temores.
Que trágico sería si habiendo encontrado la Ley Mística, no pudiésemos disfrutar plenamente de sus beneficios debido a nuestra falta de coraje para orar con todo nuestro corazón por lo que verdaderamente deseamos. Con toda seguridad, nada sería más amargo en nuestra vida que tener que mirar atrás y sentir, “Nunca logré lo que realmente quería”. Nichiren Daishonin, por su misericordia, nos enseña como vivir para no tener tales lamentaciones. Si hemos sido lo suficientemente afortunados como para encontrar el Gohonzon ¿Por qué no orar valientemente por lo que deseamos y alcanzamos nuestros sueños en esta existencia?
Daisaku Ikeda – Seikyo Nº1017
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