miércoles, mayo 25, 2011

Si cambio yo, cambia el ambiente

“Aunque tengan un corazón bondadoso, grandes ideas o aspiraciones maravillosas, ninguna de
estas cosas les será de provecho si no tienen la valentía de traducirlas en actos. De hecho, estarán
en las mismas condiciones que aquellos que carecen de todos estos atributos”. Daisaku Ikeda

Aliento

Poco puede añadirse y con mucha dificultad a la reflexión no sólo profunda, sino también realista del presidente Ikeda.De poco sirven ideas y aspiraciones sin el valor de luchar por ellos. Cuando las grandes ideas o nobles aspiraciones se concretan en un resultado positivo y tangible, se abre camino a la esperanza en los demás, porque tiene un efecto contagioso e intenso en aquellas personas que aún albergan dudas, temores o derrotas. Ahora, convencidas de que durante todo el recorrido y al final del camino se cosecharán beneficios, pueden decir: si esa persona pudo, yo también. La suma de muchos, inspirados en ese camino de esperanza activa, retroalimenta la
meta de un cambio universal. Por ello no hay excusa para sentirse víctima o único destinatario
de las malas circunstancias, aunque éstas sean difíciles, porque anula de entrada cualquier posibilidad de avance y porque dicha actitud contradice o no es coherente con la filosofía de superar las dificultades, independientemente de su intensidad.

Unidad


Con frecuencia, ante nuestra actitud negligente, nos justificamos con la excusa de la insignificancia de nuestra acción en el resultado global. Sin embargo, recientemente, un conocido espacio televisivo de divulgación científica abordaba el tema de la influencia que las redes sociales tienen en el comportamiento de las personas. Afirmaba que, según las investigaciones y estudios realizados, nuestro comportamiento no sólo influye en nuestros amigos, sino también en los amigos de nuestros amigos y en los amigos de estos. Tres grados, decían. El profesor entrevistado, responsable del estudio, confesaba que el hecho de saber que su actitud ya no
solo afectaba a sus amigos y familiares más cercanos, sino que también influía en la gente que los rodea y en los que rodean a estos últimos, había cambiado totalmente su manera de pensar sobre su propia vida.
Y sonriendo dijo a su entrevistador: “puedes convertirte en el motor para el cambio”.
Esta afirmación es impactante porque, indudablemente, abre muchas posibilidades de cambio, de ahí la necesidad de esforzarnos para que este compromiso individual de cambio en nuestra vida
se convierta en un compromiso compartido donde distintas personas nos involucremos para lograr cambios positivos en el mundo.
Tal como somos, con nuestras obligaciones y peculiaridades, podemos consolidar esta unión como base desde la que entenderemos que no estamos solos y que nada de lo que le pasa al otro nos
es ajeno.
En realidad, estamos hablando de itai doshin, distintas personas con un mismo propósito, que tal como afirma Nichiren “si prevalece el espíritu de distintas personas con un mismo propósito, estas podrán lograr todos sus objetivos; por el contrario, si en apariencia están unidas pero abrigan diferentes propósitos no conseguirán nada notable”1


1) Gosho “Sobre el itai doshin”. Los principales escritos
de Nichiren Daishonin, vol. 1., pág. 155


Fuerza

Conciencia global, conciencia individual: está todo dentro de una persona, en su valor y en su fuerza. Los universos particulares son a menudo la causa de nuestro sufrimiento y se asemejan a un campo seco de tierra fragmentado. La fuerza es como el agua que contienen los ríos, que
riega los campos de tierra devastados por la sequía. Por eso la acción que emprendamos hará de nuestro suelo un campo fértil.
“El esfuerzo es el puente que une los sueños con la realidad.
Quienes se empeñan con diligencia viven desbordantes de esperanza, pues la esperanza brota del esfuerzo.
Tengan grandes anhelos y láncense a correr a la par de ellos hasta donde los lleven. De eso se trata ser joven.” (Daisaku Ikeda)

Transformación

La validez de una enseñanza se confirma a través del su comportamiento como seres humanos
de sus maestros y de sus discípulos. Tanto Nichiren Daishonin como los tres presidentes
de la Soka Gakkai han demostrado con su vida cuáles son los valores fundamentales
y el sentido de esta práctica.
“En síntesis, la enseñanza medular del Buda, como así también el epítome del comportamiento humano expuesto en el Sutra del loto, se resumen en la práctica de respeto a los semejantes cabalmente encarnada por el bodhisattva Jamás Despreciar.”2

No existe separación entre la persona y su entorno, algo que el budismo revela con el principio de esho funi, la inseparabilidad del individuo y su ambiente, y con el principio de shiki shin funi, la inseparabilidad de cuerpo y mente, de lo material y lo espiritual. Para decirlo con otras palabras, las personas podemos alcanzar una genuina y duradera felicidad a través de nuestra transformación interior así como de la transformación de nuestras relaciones humanas, de nuestro entorno físico y de las condiciones de los que nos rodean. La transformación interior termina así por manifestarse como transformación exterior, en el ambiente. Por ello, esta enseñanza está centrada en ayudar a la persona y a la sociedad , a no ser víctimas de lo que está pasando y a encontrar la fuerza y la voluntad para mejorar y avanzar.

2) Los Escritos de Nichiren Daishonin,
Prefacio XV

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