Después de aquellos primeros contactos con la práctica Budista, comencé a tomarme la práctica mas en serio, pues como me decían las personas que me introdujeron en el camino budista, debía plantearme metas.
"Tienes que concretar tus metas, y para ello debes entonar abundante daimoku". Por mi estado interior, y mi autoestima tan baja, comencé con metas pequeñas.
También es cierto que hubo un momento en que ni si quiera yo sabía que metas proponerme. Pero, había algo dentro de mi que si que sabía que era lo que quería. Es difícil de explicar. Porque cuando me preguntaban decía metas que realmente parecían tontas, o eso pensaba yo.
En definitiva, iba entonando cada vez más. Cada día entonaba entre 1 y 3 horas. Incluso hubo un mes de verano que hacia entre 5 y 9 horas cada día.
Cuanto más entonaba, tenia mas claro cuales eran mis metas. Sin darme cuenta en cuestión de unos meses, había desarrollado una fé bastante fuerte en Nam Mioho Rengue Kyo. Había recuperado la esperanza en que mi vida se solucionaría, y en que iba a concretar mis metas.
Entre las metas que recuerdo que me propuse:
Participar en cada reunión del grupo de Guarenas.
Conseguir un trabajo.
Mejorar mi vida. (En general).
Regresar a España.
Recuerdo que muchas veces me hacían visitas a casa, los miembros, y hablábamos sobre la práctica. El Gohonzon, el Butsudan, y los Shakubukus.
A veces me traían chocolates. Yo apenas les podía ofrecer un rico "café guarapo".
Compartían conmigo los materiales de estudio. Leíamos, y comentábamos sobre los Goshos.
Realmente habían muchas cosas que no entendía. A veces me parecía un rollo. (Jajajajajja).
Pero gracias a este proceso de práctica, fé y estudio, fue como me hice un shakubuku del Budismo de Nichiren Daishonin.
Empezaron a surgir oportunidades para estudiar. Esto para mi ya era un avance, pues por lo menos me estaba instruyendo en algo que podía ser útil. Y no estaba amargado, encerrado en un cuarto, maldiciendo ni nada de esas cosas que uno suele hacer cuando anda depre.
Recuerdo que hice varios cursos en poco tiempo, en el INCE. Uno era de Aplicaciones Ofimáticas, y el otro era de Electricidad.
Después de unos meses en esta linea, de actividades, estudio y mucho daimoku, recibí por fin una noticia. Realmente fue una sorpresa, pues una tía que vive en Caracas, me llamó para que me fuera a vivir con ella.
Yo no estaba "pidiendo eso", pero en si la oportunidad para mi fue como una luz que aparece repentinamente en un lugar muy oscuro. Cuando por fin hablé por teléfono con mi tía, me comenta que tiene una oportunidad de negocio para mi y para mi prima. Que contaba con nosotros para ello, y que pues nos necesitaba en Caracas.
No nos dio mas detalle del asunto, pero si que nos dijo que deberíamos estar allá un lunes.
Bueno, pues me puse manos a la obra, y empecé a hacer las maletas.
Durante el camino, pensaba en lo que iba a hacer, realmente no tenia ni idea de lo que me esperaba, pero yo viajaba con mi mente, a lugares estupendos. Fantaseaba , al mismo tiempo que agradecía al daimoku, a Nam Mioho Rengue Kyo, y al Gohonzon, que por ese entonces solo lo llevaba en mi interior, aunque aún no entendía muy bien esto ultimo.
Llegué a casa de mi tía un viernes por la noche. Y nos puso al corriente de lo que tenía pensado hacer.
Para aquellos que nunca han estado en Caracas, he de decirles, que aunque a mi me parece una ciudad muy viva (Maravillosa). Es bastante peligrosa, y como toda gran ciudad, puede llegar a resultar estresante.
La idea era, poner un puesto de alquiler de teléfonos. Para ser mas gráfico allá en Venezuela a eso se le conoce como un puesto de “buhonero”. Aquí en Europa es un puesto de un mercadillo o vendedor ambulante.
Así que nos fuimos a informar para adquirir un plan de minutos con la compañía Telcel, y otro con Movilnet.
Cuando ya habíamos concretado todo lo que necesitábamos para poner en marcha el “negocio”, tanto a mi prima como a mi, nos dio un ataque de pánico. Era un miedo a hacer el ridículo, una vergüenza por hacer lo que íbamos a hacer. Como si fuese una deshonra ser un vendedor ambulante.
Llegado el día de la implantación del negocio, simplemente tuve que armarme de valor, luchar contra mi propio miedo, y aferrarme al daimoku. No había marcha atrás.
Superamos muchos obstáculos, empezando por los que provenían de nuestro interior, y poco a poco, nos fuimos acostumbrando, hasta nos turnábamos los días laborables. Alquilando teléfonos en el Boulevard de Perez Bonalde, Catia.
Yo por mi parte, como en Caracas solo conocía a mi tía, y a sus amigos, pues no tenia amigos. Así que si no estaba trabajando, estaba en casa, entonando daimoku. De hecho, me levantaba muy temprano, a veces a las 4 de la mañana y entonaba hasta las 7 de la mañana. Antes de irme a trabajar.
Con el tiempo empecé a acudir al centro de SGI en Caracas. Allí conocí a mucha gente. Entre ellos Luchito, y la Familia Alcázar. Y me gustaba mucho ir, porque tenían varios salones para entonar. Siempre o casi siempre habían maratones de daimoku. Y en general actividades. Disfrutaba muchísimo, acudiendo al centro.
Así es que mis primeros pasos en el budismo, fueron muy intensos. Empece a cambiar desde dentro, y lo que cambiaba en mi interior se manifestaba en todo lo que me rodeaba. Los Shoten Zenjin me han protegido mucho durante todo este tiempo, y no solo a mi, sino a todos aquellos que han estado conmigo. Empece a comprender pues el significado de Esho Funi. Y a ver en mi propio espejo a cada uno de los diez estados. Entendí la importancia de la práctica, la fe y el estudio, así como de compartir lo que había traído alegría a mi vida con otras personas( también lo difícil que puede resultar a veces). El significado de Kosen Rufu.
Mi vida había empezado a manifestar a través de pruebas reales, la transformación interior que había comenzado unos meses atrás.
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