jueves, agosto 23, 2007

Empezar a creer en algo (parte 1).

Hola a todos, primeramente quiero presentarme.
Me llamo David Rodriguez, soy un joven de 27 años nacido en Venezuela y de padre Canario.
Antes de conocer la practica, era una persona incredula, muy rebelde, y con tendencias depresivas. Por cualquier motivo me deprimia, y no solo eso. Tampoco sabia como resolver mis problemas.
A todo esto debo añadir que era una persona de autoestima muy baja.
En aquel entonces 2003, vivia en Venezuela, y por diversos motivos me encontraba muy mal animicamente.

En ese momento veia mi vida como un infierno, y es que asi como veia al mundo asi iba mi vida.

Vivia con mi madre y mis hermanos en una casa humilde, ademas, las condiciones economicas de mis familiares (tios, primos) era bastante dificil.

No tenia trabajo y tampoco estudiaba, de hecho no podia estudiar porque no tenia mi titulo de bachiller.

La situacion general del pais dificultaba aun mas mi situacion personal y de alguna forma todo lo veia "negro".

Pero un dia, llego una conocida de mi tia, y les hablo a mi mama y mi tia sobre una palabra o frase, que segun era muy poderosa.


A todo esto yo que habia escuchado del tema en casa, no hacia caso, y seguia inmerso en mi infierno.

Asi pasaron varias semanas , esta señora, Luisa Montiel es su nombre, venia todas las tardes a casa y nos hablaba sobre esta frase y sus beneficios. Sobre algo de una practica y sobre dioses budistas, etc.


Claro esta que siempre he sido muy curioso, y un dia me sente a escuchar lo que esta señora nos decia . Asi conoci la practica.
Mi madre y mi tia fueron las primeras en entonar Nam Mioho Rengue Kyo, lo hacian todos los dias. Y en cuestion de dias empezaron a hablarme de las cosas que le habian sucedido. En boca de mi madre todo sonaba super especial, magico y milagroso. Y yo siempre desconfiado pero curioso me debatia entre si era cierto o no. Pero ahi esta que al final pues empece a entonar el daimoku.
Al principio lo entonaba 3 veces antes de acostarme, y le pedia y rogaba como si de una estatuilla se tratara. Luego despues de saber un poco mas sobre como hacerlo. Comence a practicarlo todas las mañanas y en las noches.
Luisa Montiel, siempre nos visitaba y nos traia chocolates, y conversabamos sobre la practica.

Un dia nos invito a un evento importante en la ciudad de Caracas. Asi que nos invito tambien a entonar daimoku para que todo saliese bien ese dia y pudiesemos llegar. Y asi lo hicimos todos.

Llego el dia del evento, un domingo recuerdo. Nos trasladamos hasta el salon de actos del Celarg, y vimos a muchisima gente, todos muy alegres y sonriendo, algo que yo nunca en mi vida habia visto. Nos abrazaban y nos saludaban, dandonos la bienvenida. Esto me hizo subir mi animo, la verdad me senti muy bien. Luego pasamos al evento.
Nunca habia asistido a evento alguno y menos a uno de estas caractertisticas. Se celebraba el 30 aniversario de la SGIV. Soka Gakkai Internacional de Venezuela.

Una vez concluyo el evento salimos con una actitud diferente, llenos de energia, o energia renovada. Fue algo magnifico! Todavia recuerdo aquel 18 de Mayo de 2003.

Solo por asistir rexcibimos beneficios, que explicare mas adelante. Pero el primero de todos fue al concluir la ceremonia, nos invitaron a un almuerzo exquisito. Y lo mejor de todo es que no lo esperabamos, aunque si que teniamos hambre.

Asi fue como comence a practicar en casa primeramente. Ya estaba mas animado y me sentia mejor. De alguna forma me habia topado con algo que me hacia sentir bien. Y compartia con gente esplendida. Y llena de alegria y esperanza.

Con el paso de los dias fuimos entonando mas daimoku y un dia nos invitaron a casa de una miembro a entonar frente a su gohonzon.

Les dire que cuando vi el gohonzon por primera vez, me parecio algo extraño, y mas extraño aun me parecio la manera en que aquellas personas entonaban Nam Mioho Rengue Kyo, pero aun asi yo me sente y me puse a cantar . No les llegaba al ritmo, me parecia muy rapido, y como entonamos 1 hora me parecio super largo, pero cuando ya llevaba como 30 minutos entonando empiezo a sentir muchas ganas de reirme. Y empiezo a reirme como loco. No lo podia parar, solo me reia y me reia. Cuando por fin pude controlarlo ( y lo hacia por no faltar el respeto), segui cantando como si nada, pero me sentia muy bien.
Cuando salimos de esa sesion de daimoku, me sentia como flotando. Como que no era yo.

Despues de experimentar aquello empece a tomarme la practica mas en serio.

Fue asi como conoci esta maravillosa practica y como comence a entonar daimoku.

Parte 2

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