viernes, enero 19, 2007

Conceptos- Gohonzon

Gohonzon

El Gohonzon es el objeto de devoción en el Budismo de Nichiren. En japonés, "Go" significa digno de honor y "honzon" significa objeto de respeto fundamental. Nichiren definió la Ley universal que impregna la vida y el universo como Nam myoho renge kyo y la corporificó en la forma de un mandala: el Gohonzon, un pergamino sobre el cual están escritos caracteres en chino y en sánscrito en el que Nichiren describió en forma simbólica el estado de vida de la budeidad, el cual poseen todas las personas.

Los miembros de la SGI recitan Nam myoho renge kyo al Gohonzon entronizado en sus propias casas. El Gohonzon, junto con la fe del practicante y la recitación de Nam myoho renge kyo, actúa como incentivo para activar la condición de vida de la budeidad innata en la vida de todos.

Nuestra condición interior de vida cambia constantemente al entrar en contacto con diferentes estímulos externos, todo a nuestro alrededor -la gente, el clima, una pieza de música, el color de las paredes- crea alguna clase de influencia sobre nosotros. Una pintura puede causar en el que la mira un sentimiento de arrobamiento, calma o disgusto, y una carta puede causar alegría o consternación. Con objeto de extraer el máximo potencial de nuestra condición de vida, nuestra budeidad, necesitamos también un estímulo.

La iluminación de Nichiren a la ley de la vida, le permitió crear un estímulo que fuera capaz de activar la condición de vida de la budeidad dentro de nosotros.

[Nota: Una persona puede invocar Nam myoho renge kyo y experimentar beneficios aunque no esté cerca o no pueda ver el Gohonzon. El elemento esencial en la práctica de Nichiren para extraer la budeidad, es la fortaleza de nuestra fe].

Así como no podemos ver nuestra propia cara sin un espejo, debido a lo limitado de nuestra sabiduría es que no podemos ver nuestra budeidad. El invocar Nam myoho renge kyo al Gohonzon nos capacita para ver a través de nuestras falsas ilusiones y descubrir nuestro yo más elevado, el aspecto iluminado de nuestra propia vida.

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