miércoles, diciembre 26, 2012

El significado del GONGYO 4ª Parte



Explicación de la ceremonia del Gongyo basado en el libro “Disertación de los capítulos Hoben y Juryo del Sutra del Loto” del presidente de la SGI, DAISAKU IKEDA.

Shari jotsu. Go llu llo butsu i rai. Shu llu in nen. Shu llu ji iu. Ko en gon kio. Mu shu jo ben. In do shu llo. Rio ri sho llaku.
Shariputra, desde que logré la budeidad, he expuesto mi enseñanza a través de diversas causa y d diversa analogías. Y he utilizado innumerables medios hábiles para guiar a los seres vivos y hacer que renuncien a sus apegos.
LOS MEDIOS HÁBILES SON PALABRAS DE SABIDURÍA PARA ENALTECER A LAS PERSONAS.
Desde que logré la budeidad” se refiere al período que va desde que Shakyamuni logró la iluminación hasta que enseñó el Sutra del Loto, durante el cual expuso diversos sutras provisionales. Entonces, Shakyamuni esclarece la naturaleza distinta de las de esta última prédica había utilizado “diversas causas” (es decir, explicar por qué las cosas son como son). Y “diversas analogías” para exponer ampliamente su enseñanza. Y que tales sutras eran “medios hábiles” (en japonés, Hoben). Para guiar a las personas a la verdad y liberarlas de sus muchos apegos.

Un medio hábil es un instrumento o un recurso que el Buda concibe y emplea, en su misericordia, para ayudar a que la gente logre la iluminación. Desde el primer momento, el propósito supremo de Shakyamuni fue permitir que todas las personas lograsen la budeidad, pero no fue en los sutras provisionales donde lo reveló, sino en el Sutra del Loto, por primera vez.

El propósito de los sutras provisionales es permitir que la gente tome distancia de sus diversos apegos. Las personas registran diferentes clases de apegos “ataduras”. Por eso, Shakyamuni expuso diversas enseñanzas, utilizó distintas causas y analogías, capaces de responder a la capacidad de personas específicas.

Estas enseñanzas no fueron más que “medios” para llevar a las personas hacia el “fin” de lograr la budeidad. En tal sentido, las enseñanzas previas al Sutra del Loto se consideran “medios hábiles”.
Así y todo, estas enseñanzas útiles expuestas antes que el Sutra del Loto sólo surgieron de la misericordia del Buda. Shakyamuni luchó u s esforzó por responder a la capacidad específica de las distintas personas, escoger las enseñanzas que, precisamente, concordaban con sus necesidades y satisfacer a todos. La suya fue una contienda nacida en la misericordia y en la sabiduría. “¿Cómo puedo hacer ara que el corazón de esta persona se abra? ¿Cómo puedo revitalizar a este individuo en especial?” Aquí está el espíritu del Budismo. Cuando uno habla a un gran número de personas, solo puede ofrecer “palabras vivas” que reverberen n el corazón de numerosos seres humanos cuando posee la actitud de dirigirse a cada uno de ellos en singular.

Porque él liberó una verdadera contienda, sus palabras fueron como una brisa fresca en el corazón de la gente, que dispersó las nubes de la duda y de la ansiedad y permitió que saliera el sol de la felicidad y de la esperanza. Porque consideró a cada individuo con tal calidez, hubo toda clase de personas, jóvenes y viejos, hombres y mujeres que se congregaron con entusiasmo y alegría a escucharlo exponer sus enseñanzas.

Shakyamuni predicó los medios hábiles porque sentía profunda empatía con el pueblo, con la vida de la gente, sumida en la ilusión y en el sufrimiento. Lo movía el deseo de ayudarlos. Y esto lo llevó a considerar ciertas preguntas “¿A través de qué medios puedo liberarlos de su sufrimiento? ¿Cómo salvarlos de la ilusión? En otras palabras, los medios hábiles surgieron de su deseo de salvar a la gente; su misericordia dio origen a su sabiduría.

El “medio secreto y místico” del Sutra del Loto

Como ya mencioné, el “medio hábil” al cual se refiere este fragmento se refiere a los medios hábiles de las enseñanzas previas al Sutra del Loto. No deben confundirse con los medios hábiles a los que hace referencia el título del segundo capítulos del Sutra del Loto. Los medios hábiles del Sutra del Loto poseen un significado muy profundo.

Estos medios, propios de las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto, sirven para guiar a las personas hacia la sabiduría del estado de Buda. Son “medios” que dirigen a la gente hasta llegar al Sutra del Loto. Y, como lo indica Shakyamuni cuando dice “descartar con honestidad los medios hábiles”, una vez que se ha expuesto el Sutra del Loto, hay que descartar los medios representados por las enseñanzas previas a dicho Sutra.

En cierto sentido, podría decirse que los medios de las enseñanzas previas al Sutra del Loto y los medios del Sutra del Loto son enteramente opuestos en cuanto a la dirección a la que apuntan. El término hoben, 
“medios hábiles”, originalmente deriva de la palabra sánscrita upaya, que significa “aproximación”. Las enseñanzas previas al Sutra del Loto permiten que la gente se aleje de la ilusión y se aproxime a la iluminación. En otras palabras, la dirección es hacia la sabiduría de los budas. Pero una vez que se ha llegado hasta el Sutra del Loto, aquellos medios ya no tienen ninguna utilidad.

Revelar el poder de la Ley mística a través de nuestra contienda

La sabiduría de los budas revelada en el capítulo “medios hábiles” es la “verdadera entidad de todos los fenómenos”. Dichos de otro modo, es la verdad de que todos los seres humanos son budas. El “secreto” del medio secreto y místico es que dicha verdad sólo puede ser comprendida por dubas. Y se lo llama “místico” porque es difícil de comprender para la gente. Lo que constituye un medio secreto y místico es la enseñanza por la cual la gente puede tomar conciencia de la verdad, es decir, que todos los seres humanos vivientes son budas.

Esto queda ejemplificado en la parábola de la joya en la túnica, descrita en el capítulo octavo del Sutra del Loto, titulado “La profecía de la iluminación de los quinientos discípulos. Allí se narra la historia de un hombre al cual un buen amigo le regala una joya de valor inapreciable. Mientras el hombre está sumido en el sopor de una profunda ebriedad, este amigo suyo, muy rico, le cose la joya en el doblez de la túnica: pero el hombre, sin saber que posee consigo algo de tanto valor, pasa adversidad tras otra y siempre vive en la pobreza. Mucho tiempo después, vuelve a encontrarse con aquel amigo, y es entonces, cuando descubre que, todos esos años, había estado en posesión de una piedra preciosa de valor incalculable.

El amigo del hombre (es decir, el buda) sabe que el otro posee la joya en su túnica (es decir, el estado de budeidad en su vida), aún cuando este último (que representa a la gente en los nueve estados) no puede tomar conciencia de ello.

Un ser humano común y corriente es un buda. Esto es algo muy difícil de comprender. Si uno no cree que posee la naturaleza de Buda, está siempre seguirá siendo algo “secreto”. Sin embargo, cuando un se da cuenta, la propia budeidad deja de sr un secreto y comienza a manifestar sus poderes “místicos”.

Si bien todos somos budas, nacemos como personas comunes. Es así para que, a través de nuestra revolución humana y de dar pruebas concretas de la Ley Mística, podamos lograr el kosen-rufu. Si lo tuviésemos todo desde un primer momento, hasta riquezas y buena salud infalible, los demás no podrían captar cuánto poder hay en la ley Mística. Por l tanto, tratamos de revelarlo a los demás a través de la contienda que hacemos como personas comunes en la sociedad. Este es el medio secreto y místico.
Mientras vivamos siempre basados en el Gohonzon, cualquier sufrimiento podrá convertirse en el medio hábil para que fortalezcamos y consolidemos el estado de Buda en nuestra propia vida. Los pesares y las dichas y todo lo que nos ocurre se convierte en un medio que nos conduce a revelar el poder de la Ley Mística. La vida cotidiana equivale a la fe. Y el estado de budeidad no está en ningún otro lado más que ligado indisolublemente al escenario de la realidad, en lo nueve estados
.El Buda lucha para transformar el corazón de la gente a través del diálogo

El diálogo es la savia vital del Budismo. El objetivo fundamental del Buda es desarrollar, en la vida de todas las personas, una sabiduría equivalente a la que él mismo posee.
Así cuando hablamos con los demás sobre el Budismo es porque, fundamentalmente, veneramos su vida. Si nuestra actitud fuese pensar: “Para que le voy a hablar del Budismo si, total, no servirá de nada”. Sería mejor que, directamente, ni nos tomásemos la molestia de emprender el diálogo.
Compartimos con nuestros semejantes las enseñanzas budistas porque los respetamos como seres humanos. Porque confiamos en el hombre, podemos dedicarnos a un diálogo tenaz. Cuando Shakyamuni dice: “he expuesto mi enseñanza (…) para guiar a los seres vivos”. Quiere decir que ha guiado a las personas a través de un diálogo libre y sin restricciones. Shakyamuni y Nichiren Daishonin difundieron la Ley mediante el ejercicio de la conversación y el uso de la palabra, codo a codo con la ciudadanía.

Josei Toda y Tsunesaburo Makiguchi, los dos primeros presidentes de la Soka Gakkai, también fueron expertos en el diálogo y en la conversación. Al margen de la posición social de la persona a la cual se dirigían, siempre hablaban con dignidad y convicción. Así, pudieron crear una historia basada en el imperio del diálogo libre.

La fuerza del diálogo transforma el corazón de la gente. La conversación sincera es como la luz del Sol, capaz de derretir el hielo del alma humana y de ablandar el corazón endurecido por el frío. Las palabras transparentes y rebosantes de confianza son la brisa fresca que dispersa las nubes de la ilusión. El diálogo budista es el punto primordial capaz de generar cambios en la vida de la gente.
Shakyamuni nos dice aquí que ha llevado a cabo un diálogo misericordioso, que ha hablado seria y sinceramente, con espíritu de “vencer pase lo que pase”, en su afán de ayudar a sus semejantes, y que ha ejercido cada palmo de su sabiduría e ingenio con tal de asegurar que sus palabras llegasen al corazón de las personas. Este es el dignificado de las 
“diversas causas y diversas analogías” a las cuales se refiere. En otras palabras, continuamente habló y dialogó, para explicar las razones que sustentaban cada acción y acontecimiento, y se valió de ejemplos para que sus enseñanzas resultasen fáciles de comprender.

Cuando recordamos nuestra misión, podemos manifestar nuestra verdadera capacidad y vencer

En el Japón actual, la palabra innen “causas” suele asociarse con la maldición del espíritu de los difuntos o con ciertas supersticiones. Pero esto no tiene nada que el término poseía originalmente en el Budismo. Todas las causa de nuestra felicidad o desventura existen dentro de nuestra propia vida.

En el Budismo la expresión 
innen o “causas”, posee un sentido más profundo, pues abarca las ideas, de “causa y efecto”, “origen y relación”. Innen (en sánscrito, hete-pratyaya), este término está compuesto por dos unidades, in y en. Desde el punto de vista de los diez factores de la vida expuestos en el capítulo “medios hábiles”, in (o nyo ze in) significa “causa interna”, mientras que en (o nyo se en) significa “causa externa o relación”. Según la doctrina budista todo sucede como resultado de una interrelación entre in y en, es decir, entre las causas internas y las externas.

Pero en el Sutra del loto, las 
“causas” poseen un dignificado mucho mayor aún. En tal sentido, el presidente Toda analizó así la frase “diversas causas” desde el punto de vista del Budismo del Daishonin.

Con respecto al significado de “diversas causas”: en la época de Kuon ganjo, éramos seguidores del Buda original, Nichiren Daishonin. A raíz de esta “causa”, ahora en el Último Día de la Ley, más de seiscientos años después de la muerte del Daishonin y como discípul9os de él, hemos aparecido en este país transido por el sufrimiento, en condiciones de pobreza. Y demostramos que, se puede lograr la prosperidad creyendo en el Gohonzon. Cuando recordamos la causa que hemos hecho con nuestra promesa de lograr el Kosen-rufu, nuestra pobreza y todos los otros sufrimientos se desvanecen en un instante.

Para demostrar el poder de brindar beneficios que posee la Ley Mística, tenemos que experimentar diversas preocupaciones y luchas en esta existencia. Dado que hemos prometido en el “momento primordial” de kuon ganjo, lograr la amplia propagación de la Ley Mística, ahora hemos nacido para cumplir esa misión. Es imposible que un Bodhisattvas de la Tierra permanezca hundido en el sufrimiento o que sea derrotado por la adversidad. Cuando uno toma conciencia de la causa, es decir, que nacimos es estas circunstancias en respuesta a nuestro propio deseo y para demostrar la validez del Budismo, puede triunfar absolutamente y sin falta.
A continuación en el fragmento aparece otro término: “diversas analogías” esto se refiere a las alegorías y parábolas que expuso Shakyamuni en las enseñanzas previas al Sutra del Loto. Cuando se utilizaban la lógica y los ejemplos de la vida inmediata para explicar difíciles principios budistas, estos se vuelven fáciles de entender. He aquí el propósito con el cual Shakyamuni se valió de tales semejanzas.

Con respecto a la expresión “diversas analogías”, el presidente Toda explicaba que la lucha sin reservas ni condicionamientos que habían emprendido los seguidores de la época del Daishonin en aras de propagar la Ley y los abundantes beneficios que esos creyentes habían recibido eran para nosotros una analogía, en los tiempos modernos. El mismo principio básico se aplica al relato de nuestras experiencias. El testimonio victorioso de una persona puede influir coraje, esperanza y plena comprensión a muchas otras.
La sabiduría de discernir la verdadera naturaleza de los apegos

La causa fundamental de la infelicidad en que vive la gente es la tendencia a desarrollar apegos de la más variada índole. Un apego, así como suena, es una sujeción que nos mantiene “atados” en algún aspecto de nuestro corazón. El término se refiere a los deseos mundanos, las ansias e impulsos. El término se refiere a los deseos mundanos, las ansias e impulsos. En las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto, Shakyamuni enseñó a las personas de los nueve estados, el camino para que pudieran liberarse de tales apegos. Como dice en el pasaje citado, quería “
hacer que renuncien a sus apegos”. Y, sin embargo, el espíritu del Sutra del Loto no es el de erradicar los deseos mundanos. Cuando nos basamos en la Ley Mística, podemos transformarlos tal como son en iluminación. Este es el principio según el cual “los deseos mundanos son la iluminación”.

En el capítulo 23, “Asuntos pasados del bodhisattva Rey de la Medicina” hay un fragmento que dice: “El Sutra del Loto puede hacer que los seres vivientes se desprendan de todo (…) dolor”. Con respecto a esta cita, Nichiren Daishonin dice en el”Ongi Kuden” (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente) que 
“se desprendan de” debe interpretarse como “se iluminen con respecto a”.

Por ende, desde el punto de vista del Budismo del Daishonin, la frase “
hacer que renuncien a sus apegos” deberían interpretarse “hacer que se iluminen con respecto a sus apegos”. No es cuestión de erradicar los apegos, sino de verlos claramente. En otras palabras, nuestra práctica budista nos permite discernir la verdadera naturaleza de los apegos, en lugar de llevarnos a abandonar los deseos mundanos y hacer que podamos utilizarlos como fuerza motriz para ser felices.
Lo importante es que hagamos pleno uso de los apegos, en vez de dejar que ellos nos controlen. Para conseguirlo, se torna necesario reconocerlos claramente tales como son.

El presidente Toda dijo:
“El Gohonzon nos permite percibir nuestros apegos tales cono son. Creo que cada un de ustedes tiene apegos, y lo mismo sucede conmigo. Porque los tenemos, podemos vivir de un modo significativo e interesante. Por ejemplo, para triunfar en nuestro trabajo o difundir el Budismo, tenemos que involucrar una cuota de apego en dichas actividades. La fe nos permite mantener dichos apegos en un plano en el que no nos causen sufrimiento. En vez de ser controlados por los apegos, tenemos que utilizarlos plenamente para ser felices”.

La esencia del Budismo Mahayana yace en cultivar un estado de vida que nos permita discernir y emplear tales apegos exhaustivamente, y en llevar una vida interesante y significativa a través de cultivar fuertes apegos.

Fe significa crear una “montaña” por nosotros mismos y luego lanzarnos a escalarla. Y, luego, comenzar otra vez. En este proceso, abandonamos los estados de vida en que solíamos vivir capturados por nuestras pequeñas tribulaciones y cultivamos otro estado que nos habilita para abordar problemas cada vez más serios y esenciales, en bien de los amigos, de los semejantes, de toda la humanidad.

En síntesis, tenemos que hacer que los leños de los deseos mundanos andan con brío y, en esa misma medida, invocar sincero daimoku y emprender acción. Al hacerlo, nuestros deseos mundanos se convertirán en un trampolín que nos impulsará hacia el logro de nuestro estado de Buda.
Para eso, es importante que siempre consideremos el propósito d nuestras acciones. Cuando establecemos claramente un objetivo fundamental para nuestra existencia, podemos utilizarlos apegos al máximo y de un modo beneficioso. Somos capaces de convertir esos deseos mundanos en un viento de cola, que nos impulsa hacia la felicidad.

Este principio ofrece una visión extremadamente valiosa para vivir en la sociedad moderna, donde las personas constantemente se encuentran a merced de las ansias más diversas y de los deseos más intensos.
Fuente: Puente de Paz nº452 Mayo 2077 pp15-18 PANAMÁ

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