martes, noviembre 06, 2007

Gigantes que son molinos...

Diálogo tomado de la revista Civilización Global Noviembre 2007 Parte 1.
SGI-ES

¡Empieza un nuevo día! Algunas de las cosas que haré hoy las se casi con seguridad: iré a trabajar, me encontrare con mis compañeros, veré a la señora del quiosco y desayunare churros en el bar de Paco.


Pero me esperan situaciones que serán nuevas para mi, ¡que emoción! Quizá conozca a alguien especial, o averigüe algo que no sabia... Quizá pueda ayudar a alguna persona que me necesite...
¡Que responsabilidad! o quizá me tropiece con la fotocopiadora y... ¡deberé tener cuidado! Y si no me levanto de la cama, por si acaso... ¡O, mejor, y si doy un salto y disfruto!

Cada día es una aventura con todos los ingredientes que tienen las buenas historias: amor y desamor, momentos fascinantes y situaciones difícil, personas interesantes, pero también gente que intentara ponernos la zancadilla. Y cada día enfrentarse a los elementos es una hazaña que emprendemos casi sin darnos cuenta. A mas de uno nos entran ganas de no sacar la cabeza de debajo de la manta pensando en lo que traerá la jornada, sin embargo, diariamente vencemos ese pensamiento y salimos a comernos el mundo.

La mayoría de las veces ni siquiera hay que luchar con los factores externos porque nosotros solitos somos capaces de aguarnos la fiesta. Hoy no me siento bien; mira que pelos tengo; el jefe me tiene manía; no creo que sea capaz de hacerlo... y excusas por el estilo para retardar vivir la vida. ¡Y la vida hay que vivirla!

Siempre tenemos varias alternativas: por ejemplo, si vemos gigantes aunque algunos sean molinos, podemos hacer como el Quijote y arremeter contra ellos. De eso se trata esta tarea de vivir, de entablar batallas cotidianas con nuestros miedos, dudas, prejuicios, suspicacias, o falta de esperanza. Se trata de, cada día, pulir nuestras armas, que son la fe en nosotros mismos y en los demás: la alegría, el coraje, la resistencia o perseverancia, porque es el preciso instante en que estamos dispuestos, sinceramente y de corazón, a luchar, "los gigantes", tan cobardes y huidizos, huyen despavoridos.

"si hay algo a lo que usted debe aferrarse es al coraje de luchar".
Daisaku Ikeda


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