* Tranquilidad o Humanidad
Este es un estado de vida calmado, del que podemos cambiar fácilmente hacia los cuatro estados inferiores.
Cuando nos encontramos en este estado de Tranquilidad o Humanidad nos comportamos de forma razonable, y podemos distinguir entre el bien y el mal. Podemos actuar con criterio, según unas normas internas.
Pero mantener esta condición de vida de humanidad es difícil, requiere de esfuerzo, pues el mundo de los seres humanos está ubicado en el medio de la “ladera” de los Diez Estados, de modo que, desde este punto, fácilmente puede desviarse en cualquier sentido, siendo muy vulnerables a las influencias externas.
En la época actual, estamos constantemente bombardeados por estímulos externos que hacen muy difícil no dejarse influenciar y mantener nuestras convicciones. Se podría decir que el estado de Humanidad es el primer paso hacia el dominio de sí mismo. A través de nuestra inteligencia, los humanos podemos ejercer unas influencia, buena o mala, más allá de lo que parece ser nuestros límites naturales. Del estado de nuestra vida depende la calidad de esta influencia, porque no es suficiente el haber nacido humanos para que el estado de Humanidad sea el que predomine en nuestra vida.
Nichiren daishonin caracterizó este mundo como un mundo de calma. “El sabio puede ser llamado humano, pero los insensatos no son más que animales”(Las tres clases de tesoros).
El estado de Humanidad es considerado como el pre requisito para alcanzar la Budeidad, porque quienes están en este estado es muy probable que continúen su práctica budista. Sin embargo esto no quiere decir que no puedan ser dominados por las influencias negativas y caer en los malos caminos.
Adoptando la voz de un hombre no iluminado que busca el Budismo, Nichiren escribió:
“Ahora, yo he obtenido el nacimiento en el reino humano, algo difícil de lograr, y he obtenido el privilegio de escuchar las enseñanzas budistas, que casi nunca se encuentran. De pasar mi vida actual en la ociosidad, entonces, ¿en qué vida futura tendría la posibilidad de liberarme de los sufrimientos del nacimiento y la muerte y alcanzar la Iluminación?”
Nichiren Daishonin nos alienta a que nos dediquemos seriamente a la fe y práctica de sus enseñanzas, que afortunadamente hemos encontrado, para alcanzar una felicidad duradera.
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